domingo, 4 de septiembre de 2011

La Ciencia y la tecnología al servicio de la muerte


La Ciencia y la tecnología al servicio de la muerte
En nuestros días la ciencia y la tecnología están muy ligadas a la muerte y destrucción, pero alguna vez te has interrogado el ¿porqué de todo esto?, ¿acaso será que tanto ciencia como tecnología fueron diseñados para la muerte?...

¿Por qué nace la Ciencia y la tecnología?
Ya sea por simple curiosidad, o por resolver un problema.

Desde el principio de la humanidad el ser humano, se ha visto en la necesidad de conocer más, y aplicar ese conocimiento a sus vidas cotidianas para hacerlas más sencillas, y el conocimiento adquirido conduce a otro, u otra aplicación.

A la fecha cada día nos damos cuenta que hay más cosas que no sabemos, y que todas y cada una de las ciencias que se conocen son demasiado amplias, al grado de que se subdividen, en la actualidad una persona normalmente, se avoca a una ciencia y no toda su amplitud si no a algo muy específico.

¿Para qué nos sirve?
Bueno como ya antes lo mencionamos, nos sirve para cubrir una necesidad o facilitarnos el realizar una tarea, y bien es cierto que nos han ayudado a mejorar nuestra calidad de vida.
Pero el modelo económico en el que estamos sumergidos, conlleva a la utilización de estos, para la obtención de dinero y poder.

Por lo que desde la antigüedad el conocimiento comenzó a aplicarse a la creación de armas para la destrucción. Y esto es porque precisamente, son quienes saben beneficiarse de estos, los que financian nuevamente. Desgraciadamente en su mayoría son aplicaciones bélicas.

De la guerra al uso cotidiano
Muchos de los artefactos que hoy en día usamos de manera cotidiana en su momento fueron ocupados para la guerra o financiados por ella, y posteriormente se fueron integrando a la sociedad como herramientas que nosotros podemos ocupar.

Como por ejemplo, el internet; que fue desarrollado por el ejército estadunidense para mantener comunicadas sus tropas.

En nuestra opinión, la ciencia y la tecnología en si no son malos, sino que las aplicaciones que se les dan, que dependen directamente de los intereses de quienes los financian, esto produce que como pueda ser algo para la salud, o mejoras de calidad de vida, también pueda ser para la muerte, o incluso la creación de nuevas enfermedades.

En resumen todo esto gira en torno a quien puede pagar más.

Publicado por: Javier Andrés Jiménez
En colaboración de: 
Julio Cesar Sánchez 
Gutiérrez Romero Raul
Israel Vázquez
Eric Geovani Gonzáles

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